Cada uno de nuestros días está determinado por aquellas cosas por hacer, aquellas facturas por pagar, los horarios que tenemos que cumplir, las llamadas que tenemos que hacer... y en realidad pocas veces nos detenemos a pensar si lo que hacemos es lo que deseamos o es lo que otros esperan de nosotros; si todo lo que hemos vivido hasta el momento ha generado felicidad y plenitud en nuestras vidas o por el contrario nos ha dejado el sin sabor del deber impuesto. Pensar nuestra propia vida es la única posibilidad que tenemos de encaminarnos hacia aquello que realmente nos permita alcanzar la plenitud que nuestro corazón anhela, y por supuesto que eso no es una tarea que tengamos que aplazar hasta nuestras próximas vacaciones, ni hasta el día en el que hayamos realizado todos nuestras tareas pendientes; esto es una tarea que debemos realizar hoy, en el mismo instante en el que leemos estas líneas y piensamos en aquel viaje que hemos querido realizar, o en aquel amigo que hemos querido visitar, o talvez en ese trabajo que realizamos y que realmente no nos hace felices. Empezar a estudiar un nuevo idioma, planear un viaje, empezar ese libro que espera en nuestro escritorio, son cosas que podemos hacer hoy; porque todos tenemos una historia para escribir y contar, todos podemos ser los autores de nuestro propio relato. Entonces, ¿Por qué no empezar hoy?