Mi experiencia como docente ha ido aumentando de acuerdo a las oportunidades que vienen como estudiante en formación. Hago énfasis en mi formación, ya que la universidad me ha dado el espacio y el saber para saber que no todo lo que plasman en revistas y noticieros es la verdad absoluta de la educación. Quiero contarles algo que viví durante una salida de campo. Está salida fue establecida en un pueblo indígena (Sikuani). Algunos se preguntarán- ¿Cuál era el propósito? Pues la respuesta no la sabía al instante, ya que las respuestas llegaron después de esta gran experiencia. Era la primera vez enseñando en una zona rural y con 60 estudiantes máximo por cada curso. Me sorprendí bastante, pero no fue lo único que me hizo sentir confundida; estos chicos tenían su propia lengua y algunos no hablaban español. Creo que a cualquiera le hubiera causado dudas del por qué estaba ahí o el simple hecho de tener miedo a enfrentar algo nuevo te iba a pasmar. Debo decir que sentí miedo, nervios, inseguridad; pero a la vez me di la oportunidad de probar algo nuevo y decir si me equivoco, aprenderé de ello. Para mí sorpresa recibí más de lo que esperaba. Dicte clases de inglés a 60 estudiantes Sikuani, fue complejo pero divertido a la vez. De Bogotá salias con planes y estrategias para las clases. Error. Tenías que crear nuevos planes y cambiar tus estrategias, puesto que la cultura y sus costumbres te piden adaptarte a lo que me está establecido y a respetar las diferencias y creencias de cada uno. Por otro lado, quiero mencionar que estamos dejando que la niebla que trae consigo los medios y la sociedad no nos han permitido ver lo que realmente necesita ser observado. La educación en una zona como la de los Sikuani necesita atención para aquellos que no cuentan con su formación académica, recursos para su aprendizaje, más docentes que quieran apoyar esta causa de ayudar a superar cientos de niños con sueños y propósitos.
Finalmente, debo decir que fue una gran experiencia de crecimiento tanto personal como profesional. Aún queda mucho por descubrir, pues las cosas más bellas y sorprendentes están bajo las sombras de lo que se supone es verdadero.