Con alguna regularidad los padres “normales” nos preguntamos ¿estoy educando correctamente a mi hij@? Y yo te devuelvo la pregunta: ¿exactamente qué es lo que hace que te cuestiones?... tus hijos no te obedecen al primer llamado?, te siguen haciendo pataleta sin ser bebés?, se visten o hablan de cualquier manera? o lo que te podría causar más dolor: ni siquiera te hablan, te ignoran!
Hoy quiero decirte calma…tranquil@, respira profundo, cuenta hasta 1000 si lo precisas, retén y suelta profundamente; tienes un bono extra: si no hay humanos perfectos, tampoco hay padres perfectos, en ese orden de ideas eres completamente perfectible, sin embargo no todo lo que hagan o dejen de hacer tus hijos tiene como origen qué buen o mal padres eres, ellos como nosotros somos responsables de nuestras propias decisiones y de las consecuencias de ellas. Por supuesto llega la edad de esa responsabilidad, a un bebé o un infante no le aplicamos la justicia de igual forma que a un adolescente, por ello el establecer límites y consecuencias desde pequeños, sí es tu deber y ello es necesario para ayudarles en el propósito de ser resilientes, serviciales, laboriosos, autónomos, considerados, honorables…en fin: felizmente humanos!
Habrá quienes digan: “…pero yo no le establecí límites y consecuencias desde pequeño, ya no puedo hacer nada”. Para ti hay un segundo bono extra: La capacidad de ser perfectibles es un don innato, no importa la edad que tengamos podemos hacer de nosotros una mejor versión siempre, con toda tranquilidad acércate a tu hijo y conversa con él acerca de tu error al no haberle colocado límites, háblale de tu responsabilidad al respecto, pero que cada día es el momento oportuno para cambiar y que continuarán caminando juntos con algunas mejoras… entonces mostrarás a tu hijo tu lado humano y avanzarán recuperando la confianza mutuamente.
En el rol de padres, tú decides la estrategia más útil, lo que a otros les funcionó o no, no significa que en tu familia deba ocurrir lo mismo, así como en el ajedrez, unas veces puedes ser rey/reina y otras un peón, no obstante la clave precisa en mantener siempre el fin en mente.
TU eres el dueño y protagonista del libro de tu vida, tomar las riendas de ella y hacerte responsable de los resultados, puede conducirte a reescribirla, RE-crear tu mejor versión.
Byrlly.