Me gustaría sacar una serie de artículos sobre la necesidad por parte de padres y madres de contar con profesores particulares para cubrir y profundizar en la formación académica de sus hijos e hijas.
Antes que nada, si vemos las razones por las cuáles se necesitan profesores particulares, todos estamos de acuerdo en que es una especie de medida desesperada ante un examen o un trabajo. La falta de tiempo o medios hacen que los padres se vean en la situación de recurrir a ayuda externa. A nosotros.
A mi me gusta llamar a esto, necesidad a corto plazo, una necesidad que la mayoría de profesores disponibles cumplen a la perfección. Sin embargo, existen también las necesidades a medio y largo plazo. Este tipo de necesidades no están a la alcance de todo el mundo por desgracia.
¿Qué es una necesidad a medio plazo? Es cuando un profesor se convierte en una ayuda habitual para el estudiante a lo largo de un período de tiempo que puede variar desde meses a todo el curso. Si todas las partes están de acuerdo, surge la tercera necesidad.
La necesidad a largo plazo, es en nuestros días una rareza, casi algo de otra época en la que aquellas familias que podían permitírselo contrataban a tutores particulares, quienes eran los encargados de la educación de los estudiantes. Una educación personalizada y hasta el nacimiento de la escuela en el siglo XIX, casi el único sistema vigente de formación a edades tempranas.
Para concluir, el tercer tipo de necesidad es el menos corriente, pero por otra parte una de las necesidades básicas que debería garantizar la escolarización. Por muchos motivos que no vamos a nombrar aquí, todo acaba siendo una cuestión de resultados. Por tanto, muchas veces vale todo con tal de aprobar y seguir adelante. ¿Es eso lo que queremos para nuestros hijos?