SEIS VALORES CLAVES EN LA EDUCACIÓN[1].
Francesco Torralba*, director de la cátedra Ethos de Ética aplicada de la Universidad Ramón Llul de Barcelona, lo dice con contundencia: "El mejor legado que podemos dejar en herencia a nuestros hijos no son los bienes materiales, ni los títulos, sino que son los bienes intangibles, los valores que les trasmitimos informalmente, a través de la vida cotidiana, del contacto diario con ellos, del ejemplo y del testimonio que no se rinde".
Esta afirmación de Torralba, prologuista de la obra Avanzar en valores, sintetiza el espíritu que anima el último libro de Jesús Blanque t, en el que ofrece una serie de claves para la convivencia y el crecimiento personal, destinadas a los niños y jóvenes adolescentes y también a los padres y educadores que "quieran implicarse en la apasionante y compleja tarea de ayudar a crecer a sus hijos y alumnos, y en la ardua y extraordinaria aventura de educarlos".
Según el pedagogo Jesús Blanquet, licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación, "la familia sigue siendo el espacio idóneo para que los hijos reciban los consejos y las orientaciones más importantes para la vida: es la primera escuela de valores".
Los jóvenes asumirán los valores como creíbles y los adoptarán como propios a partir del grado de coherencia con el que los padres y educadores los vivan. "Por lo tanto, son vitales su compromiso y testimonio".
1. EL RESPETO COMO PILAR FUNDAMENTAL. "Respetar es manifestar consideración, atención, afecto y valoración hacia las personas con las que nos relacionamos. Quienes no tienen respeto se manifiestan de forma agresiva y autoritaria, son desconsiderados en muchas situaciones, actúan de manera egoísta y prepotente y con esta actitud desprecian a las personas. El respeto ha de ser compartido: todos debemos respetar y esperar que nos respeten. No nos debería importar dar nosotros el primer pasó. El buen resultado está asegurado casi siempre".
Así se desarrolla este valor: "Toda persona, por el mero hecho de serlo, merece respeto y consideración. Al relacionarte con alguien –sea poderoso o humilde, joven o viejo- muéstrale tu respeto- Si éste es tu talante de relación con tus semejantes, serás apreciado por ello".
2. EL DIÁLOGO COMO BASE DE LA CONVIVENCIA. Aunque es una necesidad humana, la convivencia nunca es sencilla: ha de construirse y reconstruirse cada día. Su clave es el diálogo, el cual supone saber escuchar más que saber hablar. Escuchar sin interrumpir, no hacer gestos de fatiga o desaprobación y seguir con atención los argumentos de la otra persona, es un verdadero arte.
Los jóvenes deberían procurarse tiempos y espacios de silencio interior, de encuentro consigo mismos. Esta mirada reflexiva les ayudará a descubrir su dimensión más profunda y espiritual, y a actuar de manera reflexiva y equilibrada.
Así desarrollara este valor: "Cuando hables con un amigo, escúchale atentamente y no le interrumpas. De esta manera, conseguirás entenderle mejor y ponerte en su lugar, mantendrás un verdadero diálogo y tu amigo sabrá apreciarlo".
3. VIVIR CON PLENA RESPONSABILIDAD. Es la capacidad que cada persona tiene para conocer y aceptar las consecuencias de sus palabras y actos. También implica la necesidad de sentirse urgido a dar respuesta o a cumplir un deber sin recibir ninguna presión externa.
"Los jóvenes pueden alcanzar un mayor grado de responsabilidad si son capaces de imponerse pequeños objetivos y cumplirlos; si se acostumbran a ejercitar la autocrítica, aceptando sus errores y poniendo el esfuerzo necesario para corregirlos y mejorar. Si se disponen a aceptar las críticas constructivas, éstas les ofrecerán la oportunidad de reflexionar y reorientar su comportamiento".
Así se desarrolla este valor: "Si te comprometes a ayudar a alguien y en el momento de hacerlo dudas entre cumplir la promesa o hacer una actividad más divertida y dejas a tu amigo plantado, estarás mostrando un signo de inmadurez y de irresponsabilidad. Por el contrario, si cumples con tu responsabilidad, los demás sabrán confiar en ti".
4. AUSTERIDAD FRENTE AL CONSUMISMO. La presión de una sociedad consumista no debería hacernos olvidar que cada persona ha de adaptarse a sus limitaciones. Deberíamos aspirar a ser consumidores críticos, conscientes de la necesidad del ahorro, de la previsión y una cierta austeridad. Deberíamos transmitir a nuestros hijos que la verdadera felicidad no se obtiene con la adquisición de cosas materiales, sino que ha de buscarse en la armonía y el equilibrio.
Así se desarrolla este valor: "Si en una tienda ves algo que te gusta y te apetece comprarlo, pero sabes que no lo necesitas y es sólo un capricho pasajero, has de ser consciente de que su importe puede tener una finalidad más útil, sensata o responsable. Si no caes en la tentación de la compra compulsiva habrás vencido el consumismo fácil".
5. ACTUAR CON VOLUNTAD Y CONSTANCIA. "Lo más extraordinario que requiere nuestra voluntad es la constancia, que supone no desfallecer ante las dificultades, sostener y alimentar la motivación necesaria para no caer en el desánimo o en la rutina, y descubrir nuevos alicientes para seguir avanzando a pesar de las dificultades".
Así se desarrolla este valor: "Ante el dilema de ver un partido en la tv acompañado por tus amigos o ponerte a estudiar para preparar el examen, ya sabes cuál es la elección correcta: poner en marcha tu voluntad y trabajar con constancia".
6. TENER SIEMPRE ACTITUD CRÍTICA. Significa analizar y valorar sus características y consecuencias en función de las circunstancias y del contexto en que éste se ha producido. Esta actitud es necesaria cuando somos consumidores de medios de comunicación. Tenemos que hacer el esfuerzo de leer entre líneas, escuchar y ver aquello que no se nos dice o no se nos enseña e identificar los códigos de manipulación que estas informaciones puedan contener.
Así se desarrolla este valor: "Si oyes, ves o lees una noticia u opinión, y no acabas de asumir su contenido porque entra en conflicto con tu manera de ver las cosas, analiza los datos y aplica tu sentido crítico para que nadie te manipule".
EN DEFINITIVA. Respeto, diálogo, responsabilidad son algunos de los valores que conviene inculcar en los niños.