“…En la antigüedad el hombre occidental quería ser sabio; luego el hombre moderno quiso ser conocedor; el hombre contemporáneo parece contentarse con estar informado y posiblemente el hombre del siglo XXI no esté interesado en otra cosa que obtener datos”. (p.22) Mora (1997).
Las prioridades en cuanto a conocimiento y su adquisición en la sociedad actual han cambiado. Ciertamente, los datos parecen ser lo más importante actualmente. Sin embargo, y pese al escaso interés por parte de algunos de generar información veraz, el ser humano en esa constante búsqueda por descubrir, empieza a formarse a sí mismo desde muy temprana edad. A la velocidad de la tecnología el niño adquiere conocimiento, basado en sus propias experiencias (diferencias entre caliente y frío por las sensaciones de cada uno, defender sus juguetes favoritos, expresar dolor, tristeza, experimentar hambre o sed, etc.), que van formando su carácter para el que será posteriormente un adulto.
En el mundo del arte, la sensibilidad y la ejecución de un instrumento e interpretación de diversas obras, melodías, canciones, hace posible que todas estas experiencias en la búsqueda de un sistema de aprendizaje propio sean positivas y enriquecedoras para ti y los tuyos.
No hay por qué conformarse con simples datos y estadísticas cuando todos podemos hacer la diferencia, procurando obtener información veraz, convirtiéndonos en conocedores de todo tipo de temas, sensibilizando nuestro ser interior y adquiriendo sabiduría a través de ello para la toma de decisiones y la posible solución de conflictos; sólo así seremos seres que verdaderamente evolucionen...