El aprendizaje es un proceso que nos acompaña durante toda la vida. Aprendemos de forma innata las cosas elementales, sin embargo hay muchas actividades en sí que requieren apoyo para aprenderlas bien, y cuando hablamos de capacidades, más que de destrezas, es mucho lo que otros nos pueden aportar. Claro, cada uno aprende a su propio ritmo y de diferente forma, por eso la importancia de ser profesor. Ahora bien, ¿cómo ayudar a quien aprende?
A continuación te presento algunos aspectos que vale la pena tener en cuenta a la hora de apoyar el aprendizaje de otros:
1) Escucha con atención
Decía en la introducción del tema que cada uno aprende a su propio ritmo y de diferente forma. Este hecho es clave. Ningún niño es igual a otro y lo que le gusta o nos sirve para uno quizás no funcione igual con otro. Podemos considerar además el canal de comunicación que predomina (visual, auditivo, kinestésico), así como su inteligencia con mayor predominio.
Algo que generalmente se deja de lado, quizás por falta de tiempo es conocer qué le gusta al niño al que estamos apoyando en su proceso de aprender o cómo se siente. Recordemos en este punto que la memoria a largo plazo interviene de forma interesante en lo que fijamos en ella siempre y cuando sea agradable para el niño. En este sentido, piense por un momento en lo placentero que resulta encontrar a alguien que te escucha con atención y toma en cuenta tus gustos, intereses y emociones a la hora de ayudarte en tu proceso de aprender. Por ello, te recomiendo "Dedica tiempo a escuchar para poder ayudar".
2) Planifica de forma individualizada
Los elementos presentes en una planificación son: Competencias, indicadores, estrategias para la enseñanza, estrategias de evaluación, instrumentos de evaluación, ponderación y fecha. Todo esto en base a un proyecto con un propósito definido para un período intermedio durante el año escolar. Al planificar se debe tener en cuenta el perfil del grado, es decir, qué debe alcanzar el niño al finalizar el año escolar.
Sin embargo, cada niño lo encontramos en un nivel diferente y retomando lo de sus gustos y preferencias, cada uno también está en una sintonía distinta. El éxito de su aprendizaje va a depender en gran manera de que mantengas esto en cuenta. Podrías agregar algunas casillas a tu planilla de evaluación con toda esa información inicial que recabes en el diagnóstico y considerarla durante todo el proceso.
3) Desarrolla con paciencia pero con propósito
Es momento de las estrategias para enseñar. Como te mencioné antes, aprender cosas elementales es innato. Por ejemplo, todos aprendemos a comer, llorar, reír, hablar y caminar de forma natural (salvo algunas consideraciones). Leer, escribir, suma, restar y pare usted de contar, requiere un poco de ayuda, pero es solo eso, ayuda para que el proceso se complete. Tristemente, muchas veces lo que ocurre es que se estorba en la acción e incluso se complica generando en el niño algunos bloqueos de aprendizaje que si tampoco se manejan de forma adecuada, durarán toda la vida. Mi recomendación: sé paciente. Si estás haciendo todo lo que ya planificaste en función del niño, síguelo haciendo así. Elogia los pequeños avances, corrige de forma positiva, amplía las perspectivas de tus estudiantes. Ayúdale a sentirse seguro y confiado. Confía tu primeramente para que él mismo pueda percibirlo.
4) Evalúa logros de aprendizaje
Como la evaluación es un proceso y no un resultado final, toma en cuenta siempre los avances de tus estudiantes y registra cada uno de ellos. En eso consiste la verdadera evaluación. Si te parece que tu estudiante se ha estancado y no sabes exactamente por qué, antes de atribuirle a el un fracaso, considera evaluar tus propias estrategias. Rara vez el maestro es evaluado por su estudiante, sin embargo, permítete la oportunidad de crecer al pedir que tu estudiante te evalúe. no subestimes su edad, entre más pequeños, más sinceros son.
5) Replantea o refuerza incrementando competencias
Es interesante llegado este punto hacer una autoevaluación. Reflexionar para accionar. Si para este momento percibes que tu estudiante realmente no está avanzando lo que se esperaría que avanzara aun cuando has hecho todo, considera revisar tu diagnóstico. muchas veces omitimos aspectos que no nos parecen tan relevantes al principio, pero cuando contrastamos con los resultados que estamos obteniendo, es muy posible que si merecieran mayor atención. Siempre que sea necesario, recurre a una evaluación psicológica. Ten presente que cada especialista está allí para contribuir favorablemente al bienestar del niño. Se modesto y reconoce hasta dónde llegan tus competencias y pide ayuda para una evaluación neurológica que te pueda arrojar mayores luces.
Finalmente, mantén tu buen ánimo y optimismo. recuerda que estás apoyando el proceso de aprender de alguien más.