En la última convocatoria de exámenes CELGA, pasaron la prueba de CELGA 3 el 45 % de los presentados y la de CELGA 4, tan solo, el 27 %. Estas estadísticas suben mucho entre los alumnos que se preparan con profesores (67- 70 %). Es difícil hacer un diagnóstico sobre estos datos por la falta de información en cuanto a los examinados. Algunas razones pueden ser: la falta de cursos para preparar dichos exámenes, dentro y fuera de Galicia; en los niveles inferiores (celga 2 y celga 3) influye la formación de los individuos (a veces no han superado los estudios básicos o hace mucho tiempo que han dejado de estudiar).
El nivel celga 4 tiene un grado de dificultad igual al C1, en este caso la intercomprensión del gallego y el castellano (y la influencia que ejerce substituyendo palabras autóctonas) puede ser perjudicial. En todo caso, estas son mis opiniones, no conclusiones fiables; además, el gallego, por su condición de lengua minorizada pone en juego también otras circunstancias: las personas que hablan lo habitualmente no suelen escribir en esa lengua y los que lo escriben (los jóvenes) suelen hablar en castellano; hay personas que tienen prejuicios idiomáticos (pueden creer que es una lengua poco útil, que solo se habla en las zonas rurales, etc). Dos ejemplos de estas contradictorias circunstancias los he tenido en las últimas pruebas: preparé a una alumna alemana (hablante de español) que aprobó el celga 4 y también a un alumno gallego (hablante de español) que lo suspendió.
Patricia Beldrón Gavilanes
Profesora de gallego