En resumen, la historia consta de un señor en edad avanza que cuenta partes de la historia de su vida, en especial el momento previo a la muerte de su hijo. Es contada en primera persona por parte del protagonista, casi siempre en pasado, aunque los momentos finales de su vida (hasta ese momento) los narra en presente y en un pasado muy cercano, acá se muestra: Esa noche pasé mucho tiempo durmiendo ó Besé a Sara, me levanté, hice café o Pro la noche estuve en mi silla del corredor (Gonzalez, 2011), en esta última se hace alusión al presenta más cercano al momento de escribir la obra, los anteriores a un pasado más atrás.
Los espacios donde suceden los acontecimientos en términos generales existe en dos países, uno de esos es Estados Unidos donde el protagonista pasa la mayor parte de su vida y la otra en un pueblo donde pasa sus últimos días, el ambiente más recurrente en la obra son los interiores de las casas, casi todo sucede en el interior de la casa, bien sea en Estados Unidos o en Colombia: POr la época de ese trabajo(…) yendo y viniendo de Manhathan a Staten Island (Gonzalez, 2011).
En orden cronológico el orden de la historia es el siguiente, él se va a vivir a Estados Unidos con su mujer, tiene dos hijos, uno de los cuales sufre un accidente y luego de algún tiempo aparece una esperanza de mejorar su condición mediante una intervención quirúrgica en otra ciudad; mientras eso sucede la vida del personaje principal de la historia quien a la vez es el narrador, desarrolla su vida como artista de la pintura y va contando cosas de cómo se conformó la familia, quiénes son algunos allegados y cómo era su vida en el extranjero, su situación como migrantes, el desarrollo de su arte, cómo conocieron a los otros personajes que aplacen en la obra, luego de la primera mitad del libro, empieza describir las personas con las que actualmente convive (una empleada y su esposo e hijo que son trabajadores). La novela es una necesidad de dejar las memorias de la vida de un hombre en edad avanzada, como una forma de poner en claro cosas de su pasado, porque pareciera que el narrador no solo cuenta la historia al lector sino también a sí mismo. Se encuentra en sus últimos años, sin poderse dedicar a la pintura, incluso sin poder escribir bien, aunque pareciera que ese tipo de cosas en realidad no le importaran: No estoy triste en mi vejez, al contrario, aunque me produce melancolía pensar en Jacobo, pensar en Sara (Gonzalez, 2011). La luz difícil en el sentido simbólico puede significar la forma cómo él va preparando su muerte, de una manera tranquila.
El manejo que tiene del écfrasis el narrador, a raíz de una obra artística en pintura, genera en la ambientación de lo narrado un vínculo con esta expresión artística, a pesar que las obras no sean reales sirven para crearle el lector ciertas imágenes que lo pueden capturar: Me quedé en el corredor, en mi silla de director de cine, con lona color girasol. La gran soledad es como un lienzo aparentemente vacío, engañosamente vacío ó Venus fue a la cocina, me trajo otro tinto y lo dejó en la mesita, al lado de la pintura, que miró con evidente admiración y sin hacer comentarios. (Gonzalez, 2011).
La voz del narrador es uno solo, en primera persona, todo lo que el lector puede conocer de la obra lo hace solo bajo la perspectiva del personaje quien maneja y conoce muy bien la historia, la domina y solo dice lo que ve, aunque esto lo hace muy influenciado por su manera de ver las cosas, pues al escribirlo en sus últimos años adquiere una visión muy distinta de las cosas que le sucedieron en el pasado: la semana pasada me encontré con Debrah y James (…)la voz de James se hecho más cálida con la vejez, en cambio la de Debrah se ha hecho más imperante (Gonzalez, 2011) . Del personaje poco s e puede saber del alcance de su obra, por lo menos, por los indicios parece que se le tuviera en alta consideración en el medio, al ser perseguido por personas que quieren acercarse a su obra de distintas maneras: invitaciones, entrevistas, publicaciones, entre otras.
La obra no goza de tener un final emocionante, porque la mayor parte de la trama estaba puesta en la muerte del hijo y cuando ésta sucede (capitulo 32), se le pasa a un segundo plano y continúa un poco contando cómo siguió la vida familiar luego de eso para luego llegar a Colombia a pasar allí los últimos años de vida. Es una obra que trata de una enorme necesidad de su protagonista y narrador de dejar una memoria de su vida, entre el paso de la edad y la soledad en la que se encuentra: La gran soledad es como un lienzo aparentemente vacío ó Cuando pienso en esto y siento la ausencia de Sara y el frío de esta, la inevitable soledad de la vejez humana, debo recostarme un rato, apagar el alma unos minutos como soplando una vela y dormir (Gonzalez, 2011).
Como conclusión se extrae de la obra el tema de la vejez y las etapas de la vida que a medida que pasa va quitando seres, cosas, virtudes, aptitudes y va sumiendo el mundo en una oscuridad, con una luz difícil de llegar a los ojos: Hacía mucho tiempo yo venía observándolos con la idea de pintar algunos óleos o hacer unos grabados con el tema de la luz y la vida entre mezcladas entre rocas de café (Gonzalez, 2011).
Trabajos citados
Gonzalez, T. (2011). La luz difícil. Bogotá: Alfaguara.