La química desde tiempos remotos es una de nuestras mejores aliadas en la lucha contra los organismos patógenos a los cuales nos enfrentamos y el COVID-19, no es la excepción. Desde el sencillo jabón hasta moléculas más especializadas son un referente.
Todo se lo debemos a Louis Pasteur, quien descubrió el origen de las enfermedades infecciosas y que eran los gérmenes los causantes de varias enfermedades. A partir de este tipo de descubrimientos, se generaron desinfectantes, jabones y sustancias químicas que volvieron potable el agua mejorando bastante la salubridad pública.
Y el sencillo hecho del lavado de manos cobró una vital importancia en el manejo y prevención de múltiples enfermedades. Debido a las características de los virus, donde su estructura está recubierta por una capa de lípidos y el jabón más sencillo es capaz de destruirla y por ende causar la muerte de los virus.
Las moléculas presentes en el jabón contienen átomos de carbono capaces de disolver los lípidos que protegen el material genético del virus, dejándolo indefenso. De forma similar actúa el alcohol etílico que contienen los geles hidroalcohólicos tan solicitados hoy en día para el control de esta pandemia.
Es válido aclarar, que para detener una pandemia no solo se logra con contener su expansión, sino en la elaboración de una vacuna que nos proteja contra el virus que la genera y en eso también aporta la bioquímica. En este momento se trabaja a toda marcha con moléculas que ya son efectivas contra otros virus y a partir de allí generar una pronta cura.
Nuevamente las ciencias exactas, entre ella la química, juegan un papel importante en el destino de la humanidad y lo mejor de todo es que tenemos en nuestras manos como aportar un grano de arena en este control, con el lavado de manos adecuado con agua y jabón.