La gran mayoría de padres nos emocionamos cuando vemos que nuestro hijo empieza a escribir. A estos primeros trazos, con alto grado de significado para los niños, es lo que llamamos la preescritura propia: van identificando vocales, imagenes, palabras, hasta que empiezan con escribir su nombre, el nombre de lugares que han visitado, donde han experimentado momentos gratos...
Dentro de un aula o al brindar una clase particular, debemos de dejar que el niño primero explore, que pueda tocar a través del tacto. Por ejemplo aquellas cosas que comienzan con la M, jugamos con ello y creamos historias, realizamos un recorrido para saber como lo puedo escribir, etc.
La gran tarea que significa la preescritura a la escritura con letras mayúsculas, a minúsculas, trae consigo un sin número de experiencias previas y nuevas significativas, adecuadas y adaptadas para los niños, según su desarrollo.
Por otro lado, los intereses de los niños suelen cambiar de acuerdo a la edad de cada niño. En consecuencia, muchas veces, los padres deben recurrir a un profesor para que les ayude a tratar con él, saber cuáles son sus necesidades.
Asimismo, también depende mucho del entorno, ya sea la familia, padres contemporáneos, habilidades y destrezas que irá desarrollando. Por ello, es importante un seguimiento personalizado, más aún cuando nuestro pequeño necesita justamente reforzar aquello aprendido en clase.
Recuerda:
- El aprendizaje es gradual.
- Motiva a seguir aprendiendo.
- Leele siempre a tus hijos, ello lo motivará enormemente.
- Deja que desarrolle su creatividad e imaginación cuando le cuentas un cuento.
- Es importante tomar en cuenta su motricidad fina.
- Fomentar la responsabilidad en cada tarea asignada.
- El brindar confianza y seguridad, en cada tarea, ello reflejará el amor que le tienes.