En momentos como los que se enfrentan hoy en día, se presentan dos opciones: se sucumbe ante los cambios que se están presentando y se deserta de los procesos educativos o se realiza la transición hacia nuevas dinámicas de una educación presencial a una educación virtual.
La virtualidad, era un tipo de educación exclusiva para ciertos niveles y centros educativos, más la sociedad estudiantil y con ellos sus padres, se vieron sumergidos en un mundo virtual, sin una preparación adecuada y de forma bastante rápida.
¿Cómo enfrentar estos cambios? Cómo todo lo nuevo se debe establecer estrategias que permitan adaptarse a esta nueva experiencia, lo que es posible, más no inmediato. Una de estas estrategias, es que, recibir apoyo escolar virtual se vuelva un hábito. Así como es un hábito, participar en las redes sociales, ver videos, saludar a la familia y amigos por medio del internet y todo tipo de aplicaciones, la educación virtual debe ser un hábito y esto se logra con práctica y paciencia.
Perder el miedo a nuevas plataformas y recursos tecnológicos, es otra de las estrategias. Muy seguramente cuando se ingresa en aplicaciones virtuales, las primeras experiencias no son las más enriquecedoras, ni se llega a reconocer todas las ventajas que esta ofrece, mas es con tiempo y práctica que se obtiene la destreza, exactamente pasa en el ámbito de la educación, hay que darse el tiempo de ir conociendo una nueva tecnología.
Reconocer que el proceso de aprendizaje virtual no es ajeno a desarrollar lazos afectivos, de la misma forma como se generan de manera presencial entre profesor y alumno, todo depende de las pedagogías y metodologías aplicadas por el profesor y de una nueva forma de percibir la educación virtual de los estudiantes y sus padres.
Ánimo, coloca en práctica estas estrategias y no permitas que el ingreso a nuevas tecnologías sea un impedimento en la formación académica.