El cuerpo: Concepción social y pedagógica

En el presente escrito, apoyándome en los conocimientos adquiridos en una clase electiva llamada: competencias comunicativas y habilidades expresivas desde el teatro, expondré al ser humano como un ser social, un ser amorfo que se constituye por la relación con otros individuos. Luego, presentaré las distintas formas que tiene el ser humano de participar socialmente en el mundo y cómo se ve involucrado en esa actividad comunicacional. Todo esto para sustentar que el hombre no sólo se comunica verbalmente, sino que muchos son los factores que se encargan de hacer operativa su presencia en el mundo.

La realidad social que viven los hombres y las mujeres en general permite la formación de seres sapienciales y actantes para la vida con su personalidad, seres colectivos capaces de crear y/o adaptarse a costumbres, hábitos, comportamientos, gestos, palabras, que componen todo un estilo de vida. Incluso desde bebes somos individuos subordinados; afirma un autor anónimo que “El hombre es el ser en todo el universo más dependiente del otro” (Reletica, 2011), aludiendo a que aparte de la necesidad de otra persona para posibilitar lo antes mencionado, un humano recién nacido no es capaz de sobrevivir en la soledad, puesto que requiere de cuidados que no los puede auto-suplir; a diferencia de otros animales que el mismo día de nacimiento dejan a su madre y salen al mundo por su cuenta.

Cabe mencionar aquí que, aunque la esencia, por así decirlo, del ser humano es de naturaleza social, es más que importante el autorreconocimiento tanto interno como externo del individuo; ser capaces de leer nuestros cuerpos y distinguir sus comportamientos en las diferentes situaciones nos ayuda a encontrar el vínculo que claramente desde siempre poseemos, pero que descubrimos muy tarde, o que simplemente nunca encontramos. El cuerpo muchas veces es considerado una herramienta de trabajo y no como lo que en realidad es, una realidad expresiva del hombre que lo hace hombre.

En la catedra competencias comunicativas y habilidades expresivas desde el teatro, ofrecida por la Universidad Nacional de Colombia, tuve la oportunidad de descubrir el lenguaje y las capacidades de mi cuerpo. Abordamos en primera medida la mirada, que más que un sentido, es una manifestación comunicativa que expresa muchas veces tristeza, sosiego, desesperanza, alegría, amargura, cólera, etc., vinculándose directamente al sostenimiento y mejoramiento de la cadena discursiva; si bien es cierto que la mirada habla sin nosotros tener que mencionar una sola palabra, realmente puedo decir que en el momento de relatar algo, es esta misma la que desempeña la función fática, pues se asegura de que el canal y el otro ser estén en funcionamiento para el acto comunicativo.

En el espacio académico trabajamos un ejercicio que nos permitió noticiar realmente lo importante que resulta ser la mirada. Teníamos que contar una historia; pero esta vez con una pequeña diferencia que al final resulto abismal; no podíamos mirar a los ojos al receptor. La comunicación realmente no daba, de mi boca era difícil que salieran palabras porque sentía que ciertamente le hablaba al viento, que mis palabras no llegaban a nadie, pues no había conexión en los entes.

Como mencioné anteriormente, es importante conocer nuestro cuerpo completamente y darnos cuenta asimismo de cómo funciona, de cuáles son las piezas que lo conforman con el fin de sentirnos más seguros y aportar a una buena manifestación comunicativa; por tanto, en la clase se trabajaron las articulaciones del cuerpo con movimientos exagerados y manifiestos que permitían una lectura corporal informativa, pues se mostraban esos movimientos que el cuerpo siempre hace, pero nunca nos damos cuenta.

Por otro lado, pero no muy alejados de los puntos anteriores, la bailarina y coreógrafa Inés Sanguinetti afirma en una conferencia que: “El cuerpo no es un elemento móvil para llevar la cabeza a los lugares donde la queremos llevar” (Espacio fundación telefónica Madrid, 2015) manifestando que éste debe considerarse como un elemento de generación de conocimiento al igual que la mente, pues también lo suscita. El cuerpo entonces no debe ser valorado más como una carreta de carga o herramienta de trabajo, sino como un patrimonio sociocultural por estar involucrado en procesos de aportaciones colectivas, y como nuestra posesión más preciada, porque mediante la comunicación no verbal, el performance y el movimiento, logra producir y transmitir saberes.

Por último, también los gestos y la pose fueron otros puntos importantes que se llevaron a cabo en la clase. Las caras con sus ademanes y las posturas con sus condiciones convencionalizadas hablan claramente del estado de ánimo del individuo, permitiendo, además, que el resto de los sujetos forjen historias que den respuesta o se relacionen con su temperamento. Es aquí entonces, donde se enlaza el estado del cuerpo orientado por las emociones y la discursividad del ser humano social.

En conclusión, el cuerpo permite manifestar muchas veces lo que las palabras no pueden; la realidad cultural y de vida que gira en torno a nosotros es reflejada por las diferentes formas que tiene el cuerpo de expresarse, de las cuales en este escrito solo nombré algunas. Por otra parte, no es preciso separar el cuerpo de la mente en los ámbitos educacionales, comunicacionales, ni en los sociales, pues son componentes de un mismo ser, separarlos sería a priori, un error.

REFERENCIAS

· Duch, L., y Melich, J. (2005), Escenarios de la corporeidad, Madrid, España, Editorial Trotta.

· Espacios fundación telefónica Madrid, (2015, 3 de febrero), Pedagogías corporales: No pensamos con la cabeza pensamos con el cuerpo [Archivo de video].

· Desarrollo general del espacio académico ofrecido por la universidad pedagógica nacional de Colombia: Competencias comunicativas y habilidades expresivas desde el teatro.

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