El proceso de evaluar el desempeño de un estudiante en matemáticas o ciencias, debe ir más allá de un listado de preguntas que permiten dar un resultado cualitativo y no más. Este debe ser formativo, uno que permita una buena retroalimentación y se pueda observar de manera lógica el error cometido y a la vez su corrección.
Es un trabajo en conjunto entre profesor y alumno, en donde ambos persiguen un objetivo en común y se desarrolla de manera constante y no en un sólo momento determinado. Esto permitirá una mejora continua en el proceso de aprendizaje y establecer estrategias de acuerdo a los resultados que se van observando.
Una evaluación formativa es característica en una educación virtual personalizada, debido a que permite una interacción permanente entre estudiante y profesor virtual y se aplica de manera constante en cada una de las sesiones o clases que se toman y permite orientar la clase y tomar decisiones con el fin de lograr buenos frutos en el estudiante que está tomando el apoyo.
Una pregunta muy importante que se debe formular al estudiante en el momento de iniciar una clase particular virtual, es ¿DE DONDE PARTIMOS?, y ¿HACIA DÓNDE VAMOS?, ya que permite establecer en el estudiante el porqué del apoyo y al profesor el cómo guiarlo. Por esto es fundamental establecer metas claras y bien definidas en cada una de las clases, definir cómo vamos a obtener una buena retroalimentación que evidencie que se han logrado las metas del aprendizaje en la clase particular virtual, que le permita observar que ha logrado y que no, que el mismo vea sus aciertos y desaciertos y así le permitamos avanzar.
El apoyo escolar virtual es un espacio formativo de evaluación constante, no es solo el uso de tecnologías para hacer innovador un proceso, es un trabajo en común entre profesor, alumno y padres que busca obtener mejores desempeños académicos.