Aprender una lengua extranjera no sólo implica energía y determinación, también amplía los horizontes, abre nuevas perspectivas y puede ser muy divertido. Enseñar un idioma no sólo requiere competencia, experiencia y la firme intención de satisfacer los intereses y necesidades especiales de todos y cada uno de los estudiantes. También es una de las actividades más gratificantes que puedo imaginar...
Aprender una lengua extranjera no sólo implica energía y determinación, también amplía los horizontes, abre nuevas perspectivas y puede ser muy divertido. Enseñar un idioma no sólo requiere competencia, experiencia y la firme intención de satisfacer los intereses y necesidades especiales de todos y cada uno de los estudiantes. También es una de las actividades más gratificantes que puedo imaginar. Por eso, la enseñanza de idiomas es realmente mi vocación y siendo de Colombia, nativa de habla hispana, no puedo imaginar lo significativo que es acompañar y apoyar a quienes han iniciado con pasión su viaje hacia el aprendizaje de la lengua hispana.
Más que aprendizaje, es una aventura el cual estoy encantada en ser parte.
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