Mi sueño desde niño ha sido ser un maestro, a lo largo de mi vida, todo lo que he aprendido, lo he aprendido de alguien más y por supuesto la vida se ha encargo de pulir estos aprendizajes. Quisiera ser parte de ese ciclo tan valioso de la vida que es el aprender y enseñar. Me considero una persona capaz de trasmitir con claridad y paciencia su conocimiento, me apasionan las ciencias y los idiomas.

Con mis estudiantes y personas acargo siempre suelo ponerme a su nivel, realizando exámenes de prueba para saber en qué nivel están y a partir de ahí decidir que fundamentos son necesarios ya sea fortalecer o enseñar desde cero. La pedagogía es un largo camino que con amor y disciplina logran su cometido, es por eso que suelo trabajar desde la óptica de mis estudiantes, mejorando cada día como docente, pues son ellos el futuro y es mi responsabilidad que éste esté lleno de grandes profesionales. No admito la deshonestidad y soy muy riguroso en ello.

Los casos particulares que han marcado mi trayectoria a sido reconocer que todos tenemos ritmos de aprendizaje diferentes. Por ejemplo, trabajé brindando tutoría a un niño en Francés donde observé que tenía una gran capacidad de aprendizaje en el vocabulario, pronunciación y temas que cuando yo estaba aprendiendo dicho idioma se me llegó a dificultar, mientras que en lo que para mí son los puntos más feciles del Frances, este niño presentó complicaciones. Aquel suceso me demostró la tolerancia y empatía que debia de tener a la hora de enseñar, pero sobre todo la perseverancia y dedicación que deben de tener los estudiantes y aquellos que desean aprender.