Soy una persona activa, responsable y con gran capacidad para vislumbrar las cualidades de las otras personas.
Mi deber también es poder aprender lo suficiente de las personas mientras enseño, para formarme eticamente y seguir ejercitando las cualidades de respeto, confiabilidad, sociabilidad y responsabilidad que me caracterizan. Ahora bien, deja de llamarse deber cuando yo sé-y ustedes eventu...
Soy una persona activa, responsable y con gran capacidad para vislumbrar las cualidades de las otras personas.
Mi deber también es poder aprender lo suficiente de las personas mientras enseño, para formarme eticamente y seguir ejercitando las cualidades de respeto, confiabilidad, sociabilidad y responsabilidad que me caracterizan. Ahora bien, deja de llamarse deber cuando yo sé-y ustedes eventualmente corroborar- que estoy actualizando esas cualidades en mi diario vivir, con la complejidad de afinar los detalles de hacerlo en cada circunstancia. De modo que, puedo decir que es más un querer cada mi compromiso para ustedes ejercitar esas cualidades. En conclusión, estoy esperando tan sólo una oportunidad para ejercerlas en otro lugar del que suelo hacerlo.
Mi única pretensión es llamar la atención sobre mi persona, mis capacidades y el compromiso ético que tengo para con mis semejantes, sobre todo, un compromiso hacia las personas que me brindan una oportunidad. Lo cierto es que es muy problemático para las personas, darle a alguien el voto de confianza sin mediar elementos que indiquen un éxto logrado; en este caso. El buen juicio nos dice que hagamos todo lo posible por elegir con la mayor prudencia, con el mayor cuidado aquello que sea más beneficioso y eso es absolutamente respetable. Pero decidir también nos entrega sorpresas agradables y que llevan más aciertos de los esperados por nuestra prudencia.
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