La globalización económica y humana, el neoliberalismo, los cambios informáticos y transformaciones sociales son procesos sociales, políticos, económicos, culturales y principalmente educativos que demuestran que el mundo es diferente al concebido en siglos pasados y exige adaptarse a unos nuevos retos educativos.
La sociedad actual en la mayoría de países en vía de desarrollo, no solo sufre un...
La globalización económica y humana, el neoliberalismo, los cambios informáticos y transformaciones sociales son procesos sociales, políticos, económicos, culturales y principalmente educativos que demuestran que el mundo es diferente al concebido en siglos pasados y exige adaptarse a unos nuevos retos educativos.
La sociedad actual en la mayoría de países en vía de desarrollo, no solo sufre un retroceso en el escenario educativo, sino también en contextos, políticos, económicos y sociales que enmarcan un escenario de desigualdad, pobreza, desempleo, falta de oportunidades y un pleno desconocimiento en la protección de derechos mínimos, lo cual se exige que el rol del futuro abogado (a) no se limita al estudio de las normas, contempla la necesidad de desarrollar habilidades y destrezas propias adquiridas desde el aula de clase que coadyuven a solucionar conflictos dentro de la esfera social y que permitan generar cambios significativos.
Sin embargo, según actuales estudios investigativos referentes a la enseñanza del Derecho en América Latina se evidencia una grave dificultad en cuanto a la enseñanza del mismo, se problematiza la enseñanza de forma memorística, pasiva, inductiva y tradicional desadaptada a los contextos europeos y americanos que promueven un proceso de enseñanza a través de competencias.
La enseñanza en el contexto colombiano requiere un ejercicio correlacionado desde la teoría-práctica; lo cual es una meta por parte de las facultades de Derecho mantener el equilibrio entre ambas condiciones y esto hace necesario revisar las mallas curriculares que promuevan un estudio acercado a la realidad y condiciones específicas colombianas.
Reflexionar sobre la calidad de la formación jurídica Colombiana se materializa en lo expresado por La Organización de la Naciones para la Educación, la Ciencia y la Cultura en su informe internacional sobre el desarrollo de la educación en el año de 1972 en lo siguiente: “En los países en vías de desarrollo los grados universitarios revisten el valor de sustitutos de títulos y privilegios vigentes en las antiguas sociedades de tipo feudal, muchas de cuyas estructuras sociales subsisten, aun cuando el régimen haya cambiado”. (UNESCO, 1972)
En las investigaciones adelantadas como docente universitaria con 10 años de experiencia en sector privado y público, investigadora y critica de la enseñanza tradicional a través de métodos memorísticos, dogmáticos y repetitivos del conocimiento, le apuesto a la enseñanza reflexiva y critica que despliegue competencia interpretativas, argumentativas y propositivas, metodología casuística, juego de roles y ejercicio práctico del conocimiento.
La clase magistral no ha sido suficiente porque el profesor no es una fuente de saber absoluto y es un modelo que se agota en la trasmisión de información y datos, sin generar alternativas didácticas que formen al estudiante a una reflexión frente a los desafíos de la ciencia jurídica actual. Los retos actuales de las escuelas jurídicas exigen la formación en oralidad y conciliación, pues son instrumentos procesales que exigen otros niveles de preparación.
La propia actuación de la administración de justicia, frente a la crisis de corrupción es resultado de la formación tradicionalista que revive la necesidad de reencaminar el modelo tradicional de la enseñanza.
Finalmente, el desafío entre la Docencia y Derecho exige métodos didácticos activos y docentes comprometidos con la investigación que promuevan la formación significativa desde el aula al servicio de la sociedad.
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