La enseñanza de la Matemática tiene como propósito fundamental desarrollar la capacidad para pensar, razonar, comunicar, aplicar y valorar las relaciones entre las ideas y los fenómenos reales. Un docente de Matemáticas debe estar claro de cómo enseñar, cuándo enseñar y para qué evaluar. Debe ser competente no sólo en el conocimiento de las Matemáticas sino en la metodología a utilizar para que el educando sea capaz de construir su propio conocimiento y logre un aprendizaje significativo.