Siempre he creído que dar clases de inglés es algo muy importante y requiere de mucha responsabilidad, ya que al ser un idioma nuevo y tan importante, los estudiantes suelen asustarse y “cogerle pereza”. Confío ciegamente que el inglés hay que enseñarlo de una forma dinámica, divertida y sencilla, no sólo sentarse a leer, escribir, memorizar y repetir. El inglés, como todos los idiomas, es una obra de arte, y las obras de arte hay que aprender a apreciarlas, a encontrarles el detalle, a inspirarse con ellas, hay que saborearlas, desmenuzarlas hasta comprenderlas completamente. Así aprendí inglés, gracias a este método, mi inglés es impecable, así lo enseño y por eso me esmero en inculcarlo en mis estudiantes. A pesar de ser tan pequeña, mi visión es enorme, reconozco lo valioso que es aprender un idioma nuevo, la infinidad de puertas que abre esto. Por eso me parece muy importante enseñarle a los niños a amar los idiomas, a amar el conocimiento, enseñarles la fascinación por el estudio y que deben ser muy dedicados al aprender cosas nuevas. Después de mis clases, garantizo que el niño va a amar aprender, va a saber ser autónomo y responsable al momento de dedicarse a aprender algo nuevo e importante como es un nuevo idioma. Garantizo que no van a tener miedo a pensar en grande, se van a divertir y lo van a disfrutar tanto, que aprenderán a hablar inglés sin siquiera darse cuenta y ellos solitos, se abrirán las puertas en este mundo de oportunidades