Juan David Fuentes Novoa

A lo largo de mi formación académica, he tenido la valiosa oportunidad de participar en semilleros de docencia, espacios donde no solo aprendí técnicas pedagógicas, sino donde también pude identificar mi verdadera pasión por enseñar desde el entendimiento y no desde la imposición de conceptos.

Mi enfoque educativo se basa en ser práctico, didáctico y profundamente reflexivo. Considero que cada tema debe ser abordado no como un contenido aislado, sino como parte de un sistema lógico que responde a una necesidad, a una pregunta o a una situación concreta de la realidad. No me limito a repetir leyes o fórmulas; en su lugar, busco siempre que mis estudiantes comprendan el origen, la razón y la utilidad de cada concepto.

Mi metodología parte de una idea sencilla: si no se puede explicar con claridad, entonces no se ha comprendido del todo. Por eso, siempre parto de lo simple para construir lo complejo, utilizando analogías, ejemplos cotidianos, representaciones visuales y preguntas guía que despierten la curiosidad del estudiante. Creo firmemente que cuando alguien entiende el "por qué", el "cómo" fluye de manera natural.

Además, adapto constantemente mis estrategias a las características del grupo, reconociendo que cada estudiante tiene una forma distinta de aprender. Me gusta construir el conocimiento junto con ellos, motivarlos a participar, a equivocarse y a cuestionar, porque en ese proceso es donde realmente se forman las bases del pensamiento crítico.

La enseñanza, para mí, no es un acto unidireccional, sino un espacio de construcción mutua, de diálogo y de descubrimiento. Enseñar es aprender dos veces, y mi compromiso como formador es no solo transferir conocimientos, sino también inspirar confianza, autonomía y una comprensión auténtica que les sirva para enfrentar retos dentro y fuera del aula.