Las clases se enseñan a partir de los intereses y necesidades de cada estudiante, teniendo en cuenta cuál es el método de aprendizaje que mejor se adapta a cada uno; incorporando dinámicas y ejercicios que sean divertidos y poco tediosos para los alumnos, para que puedan disfrutar las clases y, de esta manera, se haga más sencillo para ellos y sientan mayor afinidad con el idioma y se sientan más...
Las clases se enseñan a partir de los intereses y necesidades de cada estudiante, teniendo en cuenta cuál es el método de aprendizaje que mejor se adapta a cada uno; incorporando dinámicas y ejercicios que sean divertidos y poco tediosos para los alumnos, para que puedan disfrutar las clases y, de esta manera, se haga más sencillo para ellos y sientan mayor afinidad con el idioma y se sientan más interesados en aprender.
Se diseñan actividades y ejercicios regidos por contextos y no de manera aislada. El proceso de enseñanza está enfocado en que el estudiante pueda comprender el idioma y verlo, no como un proceso académico, sino como algo que se usa y es necesario en su vida diaria, de la misma manera que su idioma nativo, relacionando así el idioma con situaciones cotidianas y conocidas para el estudiante, haciendo que sea más fácil para ellos recordar el idioma ya que lo asocian a las situaciones que viven en su día a día y contextos en los que se involucran constantemente.
En las clases los estudiantes son los protagonistas, son clases dinámicas donde deberán involucrarse y adquirir un rol activo para que no se sientan aburridos, desesperados o se dispersen de la clase sin prestar atención.
Se genera un ambiente donde el entorno es en inglés y este es el recurso comunicacional principal, siendo esto posible con el uso de recursos como tarjetas con imágenes, canciones, videos, dinámicas situacionales, haciendo interpretaciones teatrales de situaciones cotidianas, recreando conversaciones sencillas e informales, entre otras actividades dinámicas.
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