Desde pequeña me apasiona el aprendizaje y lo percibo como una herramienta fundamental para el desarrollo íntegro de las personas. Sin embargo, considero las metodologías como punto clave en la motivación para el proceso de enseñanza. La aplicación de estos métodos requieren estrategias que no solo se proyecten a ser ejectudas de manera óptima, sino que apunten y se acoplen al perfil de cada uno de los estudiantes, logrando generar interés y retener su atención a lo largo de las clases. Uno de mis métodos favoritos y aquel que con mayor frecuencia suelo implementar en mis clases es el "aprendizaje experiencial", dirigido a fomentar la creatividad, ayudar a los estudiantes a aprender de los errores, promover el pensamiento reflexivo y preparar a los estudiantes para futuras experiencias. Con este aprendizaje las actividades y lecciones se completan en línea utilizando tecnologías digitales, mientras se recibe retroalimentación de la docente e instrucciones, alentando a los estudiantes a tomar un papel activo en el aula, en lugar de que estos sólo se enfoquen en participar en actividades más pasivas.