Como estudiante, puedo afirmar que la creatividad del docente permite que los estudiantes conecten, no sólo con el elemento contemplativo y estético del arte, sino que también permite una conexión con las emociones, y con el desarrollo de las mismas. Por otra parte, la inteligencia emocional está en pleno contacto intuitivo con el respeto a la naturaleza y a la vida en general. Es necesario agregar que la sensibilidad espiritual por los elementos de la tierra y la diversidad que hay en ella se hace evidente en el devenir de sus clases y talleres. Las clases tienen un componente lúdico que hace del aprendizaje un proceso divertido, lo cual permite que los estudiantes indagen y se cuestionen sobre el mundo cincundante, pero lo más importante, permite que la relación hombre y naturaleza sea diferente en el presente y en las generaciones venideras. Por último, el hecho de que el docente tenga una caja de herramientas artísticas hace que el niño tenga una sonrisa y que disfrute de la vida.
