La filosofía ha sido una medicina para acercar a los sujetos a la verdad y diversos filósofos han compratido sus pensamientos para lograr este objetivo. No cabe duda que la filosofía antigua contiene muchos pensadores que han logrado inmortalizar sus ideas hasta nuestros tiempos, los hemos visto en clase, los hemos visto en diferentes referentes literarios hasta en las películas podemos observar sus ideas planteadas.
Este es el caso de Platón, el filósofo de la antigua Grecia que por medio de su alegoría "La caverna" ha logrado inmortalizar el mito que explica el significado de la ignoracia y como alejarse de la misma por medio de la búsqueda de la verdad. Incluso, películas como Matrix ponen de manifiesto esta idea que nos ha acompañado desde hace miles de años. Pero ¿Por qué un maestro de filosofía debería enseñar este mito platónico que tiene miles de años?
Si el cine, el teatro y la literatura han logrado sacar provecho de las ideas platónicas ¿Por qué no lo puede hacer un profesor de filosofía? Para resolver esta pregunta es necesario contextualizar esta alegoria la cual se encuentra en el libro X de la República del ya mencionado filósofo.
Él nos comenta que tres sujetos se encuentran en lo más profundo de una caverna, atados de pies y manos desde su nacimiento viendo siempre hacia un muro que reflejaba sombras provenientes del mundo exterior de la caverna. Dichas sombras son las imágenes distorsionadas de la realidad, la única verdad para los sujetos encadenados por la desgracia de este mito que demuestra la idea de Platón sobre el peligro de los sentidos que no razonan lo que perciben.
Pero un día, uno de estos miserables sujetos atados en las profundidades del socavon logra escapar llevando su libertad al exterior de la caverna. La luz solar estropea sus ojos obstaculizando la mirada al nuevo hallazgo, pero cuando la vista se logra adaptar a la luz comienza a percibir las cosas atreviendose a conocer la realidad misma de la vida enterándose de este modo que aquellas sombras solo eran la simulación de la realidad.
Ahora el curioso ex prisionero entiende la verdad de la vida, se ha dado cuenta que trascender es el camino para obtener respuestas a los hologramas impuestos y por ello, decide volver a las profundidades cavernosas para explicar a sus compañeros aún atados lo que ha visto, lo que ha aprendido. Por infortunio, cuando se encuentra con los prisioneros, estos no le creen y por el contrario se burlan y le llaman loco, demente.
Con este mito o alegoria Platón trata de enseñar como la ignorancia puede acompañar al ser humano cuando no utiliza la razón y por el contrario a esta, se deja engañar de los sentidos. También es una apuesta a repensar el conocimiento en donde la luz de la racionalidad tiene respuesta a las grandes incognitas que los individuos persiguen, pero sí y solo sí, se está dispuesto a huir de la mediocridad que imponen las apriencias que obstaculizan el camino a la verdad "alétheia" fundamental para el descubrimiento de le realidad.
Pero estas afirmaciones del significado del mito platónico no son el único pretexto para enseñar la caverna, más allá de las razones gnoseológicas o epistemológicas también hay una intención de la pregunta por "mis cavernas" es decir, todo aquello que sujeta fuerte a los individuos de nuestra actual sociedad, como por ejemplo los vicios, los temores, la angustía, la zona de confort, etc.
Encuentra tu profesor de filosofía
Abordar la caverna es la posibilidad desde la filosofía de conocer a cada uno de los estudiantes del aula para así, percibir sus dificultades, debilidades, malestares y con ello ser un guia para acompañar y potenciar a cada uno de los individuos que están dispuestos a salir del socavon.
Enseñar las ideas de los antiguos en los tiempos de hoy nunca será banal, es cierto que estos filósofos pensaban su momento, su tiempo, pero escatimar ese legado de sabiduria sería un total desperdicio que atropella la práctica per se del pensamiento. Compartir el conocimiento de otro tiempo y saberlo aplicar a las mentes que atienden las aulas de hoy es una apuesta, que sin duda, puede generar una victoria significativa en la experiencia docente; que más premio que saber que se ha cumplido una misión creativa que puede potenciar el espíritu de quienes se acompaña.