Los estudiantes manejan el celular en clase para chatear entre ellos, revisar sus redes sociales, tomar fotos y demás acciones que solo logran dispersar su atención de lo realmente importante, el tema que se está tratando en clase. Ante esto los profesores dependiendo de la severidad del mismo y de las políticas de la institución, no ven otras opciones como regañar, decomisar, o simplemente seguir la clase y enseñarles a los que quieran aprender.
Lo más grave de esta situación, no es luchar contra esta herramienta electrónica, batalla que muchas veces está perdida, sino desaprovechar una herramienta con un enorme potencial para el aprendizaje.
Por lo tanto la idea no es entrar en una batalla sin fin, sino replantear un poco los procesos de aprendizaje. El solo hecho que hoy en día se observa en la educación virtual, una gran cantidad de actividades, más poco en la medida de su efectividad, la cual estará en prueba en el momento de retomar las clases presenciales por medio de los procesos evaluativos. El tiempo aquel donde el estudiante se limitaba a copiar los dictados de los profesores de sus conocimientos y las evaluaciones se limitaban a medir su capacidad memorística han quedado atrás.
Es muy necesario formar en los estudiantes el pensamiento crítico, y en especial, las capacidades para analizar y seleccionar la gran cantidad de información que tienen a la mano en Internet.
La tecnología es una herramienta fundamental en los procesos de aprendizaje, más los profesores deben tener una preparación para su uso y de esta manera poder transmitir esta formación a sus estudiantes. Una excelente oportunidad es observar diferentes aplicaciones disponibles para los celulares y como se pueden utilizar en los procesos educativos. Convertir al celular en el nuevo aliado de los procesos educativos.